La tendinopatía de Aquiles es una lesión frecuente, especialmente entre corredores y deportistas, que afecta el tendón más fuerte del cuerpo humano. Su manejo adecuado no solo acelera la recuperación, sino que también reduce el riesgo de recaídas. Uno de los pilares fundamentales en su tratamiento es el control de carga, un enfoque basado en la progresión gradual del estrés mecánico aplicado al tendón.
1. Ejercicios isométricos para la analgesia inicial
Estudios han demostrado que los ejercicios isométricos, donde el músculo se contrae sin generar movimiento articular, pueden reducir el dolor y mejorar la activación muscular en fases tempranas de la rehabilitación. Estos ejercicios deben realizarse con una carga moderada a alta (70% de la máxima capacidad), manteniendo la contracción durante 30-45 segundos por serie.
2. Ejercicios excéntricos para la remodelación tendinosa
El protocolo excéntrico de Alfredson ha sido ampliamente estudiado y sigue siendo una opción válida. Implica realizar descensos controlados del talón con carga, permitiendo una adaptación progresiva del tendón a la tensión. Sin embargo, en algunos pacientes puede generar dolor excesivo, por lo que su aplicación debe ser individualizada. .
3. Ejercicios de resistencia pesada y lenta (HSR)
Investigaciones recientes sugieren que el protocolo Heavy Slow Resistance (HSR) puede ser más efectivo que el excéntrico tradicional, ya que genera menos molestias y permite mejoras en fuerza y función. Este método consiste en realizar ejercicios como sentadillas y elevaciones de talón con cargas elevadas y a velocidad controlada (3-4 segundos en cada fase del movimiento).
4. Ejercicios pliométricos y de almacenamiento de energía
A medida que el tendón se fortalece, se deben incluir ejercicios que impliquen almacenamiento y liberación de energía, como saltos, cambios de dirección y sprints. Estos movimientos preparan al tendón para las demandas funcionales del deporte, reduciendo el riesgo de recaídas.
Aplicación práctica y progresión de cargas
El manejo de carga debe adaptarse a cada paciente considerando:
• Dolor tolerable: Idealmente, la actividad no debe generar más de 3/10 en la escala de dolor.
• Adaptación progresiva: Aumentar la carga semanalmente en un 5-10%.
• Supervisión adecuada: Individualizar el programa según la respuesta del paciente.
¿Por qué es clave el control de carga?
El tendón de Aquiles responde al estrés mecánico adaptándose y fortaleciéndose. Sin embargo, una sobrecarga repentina o una subcarga prolongada pueden ser perjudiciales. Un aumento brusco en la intensidad del entrenamiento o el reposo prolongado sin una adecuada reintroducción de carga pueden debilitar el tejido y predisponer a lesiones recurrentes.
Un programa estructurado de carga permite una recuperación óptima al:
• Reducir el dolor sin generar desuso del tendón.
• Promover la remodelación del tejido tendinoso.
• Preparar el tendón para las demandas funcionales del deporte o actividad diaria.
Estrategias basadas en la evidencia para el control de carga